—¡Qué coño! —Lin Yi se dio cuenta de que Lu Ying lo miraba con una expresión complicada.
—¿Me creerías si te dijera que la yegua de la que hablaba era un caballo real con cuatro patas y una cola? —Lin Yi dijo después de colgar el teléfono.
—Te creo —asintió Lu Ying—. Jefe, creeré cualquier cosa que digas. No hay necesidad de sobreexplicar.
Lin Yi, "..."
—Lin Yi se levantó y se fue cuando vio que ya era casi la hora.
—Probablemente no le creerían por más que intentara explicarlo.
—Que les den, incluso él mismo no creía las palabras que salían de su boca. Con el carácter de Cao Xiangyu, sin duda también traería algunas chicas consigo.
Lin Yi condujo al Hotel Dynasty a las cinco de la tarde. El auto de Cao Xiangyu estaba estacionado allí, lo cual Lin Yi reconoció ya que aún tenía una impresión de él.
Cuando llegó a la Habitación 608, encontró una gran mesa redonda que podía acomodar a veinte personas.