—Entiendo lo que quieres decir —dijo Liang Ruoxu.
—Simplemente no puedo creer que alguien de tu edad tenga esos pensamientos.
—Crecí en el entorno político. Todos mis amigos de mi edad solo frecuentan burdeles, discotecas y carreras. Tú eres el único que veo que es diferente.
—Mira lo que estás diciendo, estás haciendo que suene como si no fuera normal —dijo Lin Yi—. Yo tenía un coche deportivo, también iba a la discoteca. Simplemente no me gustan los modelos jóvenes del club, no siento ningún sentido de logro cuando los consigo.
—Entonces, ¿a quién te gusta?
Lin Yi miró a Liang Ruoxu con una mirada ardiente. Esta última entendió instantáneamente lo que quería decir y, de manera subconsciente, giró la cabeza, tratando de que Lin Yi no viera el rubor en su rostro.
—No me mires. Mira el espectáculo.
Lin Yi miró hacia arriba y vio que era el turno de Sugar.
—Me lo recordaste perfectamente. Solo estaba esperando su espectáculo.
—¿Por ella?