—¡Lin Yi es en realidad el Presidente de Longxin!
Esta noticia fue explosiva para las personas presentes.
Ji Qingyan miró a He Yuanyuan con sus hermosos ojos.
—¿Cuándo Lin Yi se convirtió en Presidente de Longxin? —preguntó.
He Yuanyuan se encogió de hombros.
—Nosotras tampoco lo sabemos.
—Son sus subordinadas. ¿No saben sobre esto? —preguntó nuevamente.
—Hermana Mayor, estás pidiéndonos demasiado. Ustedes duermen juntos cada día. Si tú no sabías esto, ¿cómo íbamos a saberlo nosotras? —respondió He Yuanyuan.
—Sólo vivimos juntos en el Pabellón Jiuzhou. No digas tonterías.
Las dos ya no estaban de humor para discutir.
Su mente estaba llena de signos de interrogación. ¿Cuándo compró Longxin?
Entre bastidores, Cao Jingqiu tropezó y casi cayó al suelo.
Ahora, había solo una palabra en su mente.
¡Conspiración!
¡Una enorme conspiración!
¡No fue una coincidencia que Sun Fuyu y Lu Ying le pidieran que realizara una conferencia de prensa!