—Unos pocos… —dijo He Yuanyuan.
—¿Estás tratando de asfixiar al jefe?
—¿Asfixiar?
—Por supuesto. —dijo He Yuanyuan—. Piensa en ello. Tomará al menos un año desde el embarazo hasta el parto. Si quieres tener unos cuantos hijos, la cantidad de tiempo libre que tendrá puede contarse con las dos manos. Yo ni siquiera podría soportarlo como mujer, y mucho menos un hombre como él.
—Cambiemos de tema. No hablemos más de esto.
—Ya eres un adulto. ¿Por qué sigues diciendo esas tonterías?
—Esto es algo por lo que todos tenemos que pasar. No hay nada de qué avergonzarse.
—Todavía no es algo que se deba discutir.
He Yuanyuan puso los ojos en blanco. Fue realmente difícil para su jefe encontrar a una mujer como su hermana mayor.
—Señorita He, ustedes pueden salir y esperar. El Sr. Lin y yo traeremos el arroz frito más tarde. Necesitamos que lo prueben —dijo Deng Wenlin.
—Entendido, Maestro Deng.