Un hombre que no decepcionaría

—¿Eh? ¿Yo? —dijo Lin Yi—. Eso no es una buena idea.

—¿Qué tiene de malo eso? ¿Estás asustado?

—Esto no tiene nada que ver con la cobardía. No sería bueno si alguien resultara herido.

—Está bien. Les pediré que se contengan. No te lastimarán.

—No me refería a eso —dijo Lin Yi—. Quise decir que no sería bueno si yo lastimo a tus personas.

Yan Ci inclinó su cabeza y miró a Lin Yi. Frunció el ceño. ¿Cómo se atrevía esta persona a decir eso?

¿No sabía dónde estaba?

—Chico, no te preocupes tanto —dijo Yang Guangxia—. Si realmente tienes confianza, da lo mejor de ti. Si puedes realmente herir a mi gente, considérate capaz.

—Um… Entonces intentémoslo.

—Hermano Lin, ¿puedes realmente hacer esto? —dijo Zhang Xiaoyu—. No es vergonzoso que seamos un poco cobardes en un momento como este.

—¿Crees que quiero hacer esto? Él ya me ha obligado a entrar. No puedo huir.

Lin Yi frunció los labios. ¿Qué estaba haciendo Yang Anciano?