Descanso

Delia luchó con fuerza, hasta el punto de quedar tan ensangrentada como Ri por fuera.

Perdió la cuenta de cuántas cuchillas de viento había esquivado por poco y cuántas veces sus brazos habían amenazado con quebrarse bajo el poder del sable, la vara y el martillo que constantemente la bombardeaban.

Y, sin embargo, se mantuvo firme.

La verdad era que Delia aún no tenía idea de si su constitución de nivel dios estaba entre las tres primeras o si era de estatura relativamente normal... Sin haberla despertado por completo, o incluso en gran medida, no había forma real de saberlo.

Sin embargo, la forma en que luchaba ahora, nadie podría etiquetarla de normal.