Buena suerte

—Tendré en cuenta tus palabras, padre —dijo Lionel débilmente a pesar de haber ya echado esas palabras al fondo de su mente—. Pero, este asunto no es algo que podamos ignorar.

—Como ya he dicho, la oferta ha sido enviada a Connery. El hecho de que sigas diciendo que no es tan simple me hace pensar que hay algo que me estás ocultando.

De repente, el lado infantil del Rey Belmont volvió a salir.

—No me digas... —El Rey Belmont sonrió—. ¿Tienes demasiado miedo para hablar con esta chica Madeleine? Si necesitabas consejo sobre mujeres, ¿por qué no viniste a mí antes?

Lionel estaba perplejo. ¿Por qué no podía su padre ser serio? La verdad era que el problema era Dyon, pero Lionel no sabía cómo reaccionaría su padre al intentar robar a la novia de otro. Pero, Lionel también sabía, por su hermano menor Elwing, que este Dyon no era alguien que se iría simplemente por la autoridad que un Clan del Dios Real podía tener.