¿Qué quieres?

En la cueva dentro de la Tierra Sagrada Belmont, la risa irritante de Jade todavía llenaba y resonaba por el espacio.

—Chenglei —la voz del Anciano Daiyu perdió su calma habitual—. ¿Qué pasó?

—Abuelo… Yo… —Chenglei no sabía qué decir. Sabía que su abuelo solo le confió llevar a cabo una tarea tan importante porque no tenía elección.

Aunque la familia Belmont solo tenía dos expertos celestiales, uno de los cuales era el Rey Belmont, y el otro su protector, Jefe Sicario, sus redes de protección estaban en un nivel que no podía menospreciarse. Esta fue exactamente la razón por la que el Rey Belmont consideró apropiado centrar su atención en el torneo mundial, manteniendo su ojo en los movimientos no solo de los Ragnor, sino también en las rarezas del Planeta Nix y Mino.

Por suerte para los Daiyu, tenían un cierto nivel de seguridad de que tendrían éxito. Pero, aún requería poner sus vidas en riesgo.