[Capítulo Extra por 200 boletos dorados]
Dyon miró cómo esta enorme mano se precipitaba hacia él. Parecía que no quedaban más trucos. Frente al poder absoluto, ¿de qué serviría que un joven de 19 años luchara?
Sin embargo, fue entonces cuando Dyon notó un beneficio inesperado de la Bendición del Cielo. Sus movimientos seguían estando severamente limitados por el ancestro, pero aún podía hablar.
—¿No has pensado en otra cosa? —dijo Dyon despreocupadamente, como si no le importara su propia vida o muerte.
El ancestro frunció el ceño. ¿Realmente se había perdido algo?
—¿Y qué es eso exactamente? —preguntó el ancestro. Sabía perfectamente cuánto tiempo le quedaba y no era posible ganar tiempo. No se habría detenido si este realmente fuera su último momento.
—Bueno, para empezar, había dos esposas arrodilladas ante mí, pero ahora solo hay una.
Los ojos del ancestro se abrieron de par en par mientras miraba a Dyon.