—Gracias —respondió Shang a Soran.
Cuando Soran escuchó las palabras de Shang, asintió en señal de agradecimiento.
—¿Por qué?
Porque muchos niños intentaban parecer demasiado orgullosos o motivados. Proclamaban con el ceño fruncido que estaban tristes por no haber ganado o algo similar.
Sin embargo, eso no los hacía parecer encantadores o motivados, sino estúpidos.
Esto nunca había sido una lucha donde la victoria estuviera en juego. Si decían que no estaban conformes con perder, solo mostrarían su infantilidad. Mostraría que no eran capaces de distinguir una lucha ganable de una imposible.
Si alguien realmente pensaba así, las probabilidades eran altas de que comenzaran una pelea que no podrían ganar, y morirían pronto. Si alguien no lo pensaba pero lo decía de todos modos, solo sería un complaciente.
Aceptar cuando alguien era superior a uno mismo era una de las reglas más importantes que un guerrero tenía que aprender. Era una habilidad esencial para la supervivencia.