—¿Al menos cuatro días? —preguntó Shang sorprendido.
¿Cuatro días?
Según la memoria de Shang, él había matado a las bestias justo esa noche. Claro, había tenido ese encuentro con esos tres chicos y luego pasó un tiempo en su habitación, pero no debería haber transcurrido ni un día completo desde entonces.
¿Fue el efecto de su Maná de Oscuridad?
No, no sentía Maná de Oscuridad emanando de las partes.
Era simplemente descomposición.
Solo había una explicación que tenía sentido.
«¿He estado en mi habitación por tres días enteros, tal vez cuatro?», pensó Shang mientras miraba el suelo.
«Pero no ha sido tanto tiempo. Sólo pensé en esa imagen por quizás un par de horas».
La imagen volvió en ese momento.
La cara sin rasgos.
Un charco viscoso de sangre donde deberían estar las facciones.
Shang inmediatamente la reprimió en su mente.
«Estoy en control de mis pensamientos».
—¡Oye, tú!
Shang fue sacado de sus pensamientos al mirar al dependiente frente a él.