Capítulo 232 – Muertes

La luz naranja del volcán distante iluminaba la silueta del cadáver colgado de la lanza, dando a la imagen una sensación oscura.

Los soldados podían lidiar con un oficial estricto, pero no podían manejar a uno que matase a personas sin una buena razón.

El oficial bajó lentamente su lanza, el cadáver del Canalla cayendo al suelo como un saco de carne.

Luego, el oficial se volvió hacia los soldados que observaban.

—Esta es una misión que viene del propio Duque Torbellino —explicó el oficial—. Los traidores son especialmente devastadores en una ubicación tan remota, y tenemos nuestras formas de eliminarlos.

—Este traidor —dijo el oficial mientras su lanza apuntaba al cadáver— ha caído en una de nuestras trampas y ha informado información incorrecta. Recuerden que no somos los únicos soldados aquí.