Shang tomó una profunda respiración cuando escuchó la voz del Duque Torbellino.
Si las bestias tenían la oportunidad de mirarlo bien, lo atacarían. Lidiar con este asunto no era difícil en circunstancias normales, pero si una Bestia de Zona decidía que quería matar a Shang...
Solo la muerte lo esperaría.
—Seré cuidadoso —dijo Shang.
El Duque Torbellino asintió y llevó a todos hacia la Zona del Caballo del Trueno.
La Zona del Caballo del Trueno era simplemente un enorme desierto con muchas dunas de arena. Normalmente, uno no asociaría un desierto con relámpagos, pero Shang rápidamente vio por qué esta Zona era un desierto.
¡BANG! ¡BANG!
Desde el cielo claro y brillante, un rayo tras otro golpeaba el suelo, lanzando pequeños trozos de arena por todas partes.
Había muy pocas nubes presentes, y los relámpagos parecían salir de la nada. A veces, los relámpagos ni siquiera venían del cielo, sino que simplemente aparecían en el aire antes de impactar en el suelo.