Por un pequeño momento, Shang pensó en aceptar la propuesta.
—Gracias, pero no —dijo Shang—. Quiero ocuparme de esto yo mismo.
Duque Torbellino solo sonrió. Era como si ya hubiera anticipado esa respuesta.
—Está bien ocuparse de algunos asuntos molestos por ti mismo. Aprenderás a manejar situaciones peores en el futuro por eso. Sin embargo, ten en cuenta que tu vida sigue siendo lo más importante. Sin ella, todos tus objetivos se volverán sin sentido —dijo Duque Torbellino.
—Lo tendré en cuenta —dijo Shang.
—Naturalmente, nadie se atreverá a seguirte o tocarte en este viaje —continuó Duque Torbellino—. Ese Adepto tampoco ha considerado seguirnos. Incluso supongo que podría abandonar la misión antes de que termine el día. Después de todo, te vio viajando conmigo.
Duque Torbellino soltó una pequeña risa. —Esta misión podría parecerle un poco demasiado caliente para su gusto.