Shang tuvo que esperar unos tres minutos para que la Inquisidora llegara. Durante ese tiempo, Shang recogió todos los objetos de valor y los almacenó dentro de su mundo. Para ahora, Shang solo necesitaba cerca de un segundo para un viaje de ida y vuelta a su mundo y viceversa, facilitando el almacenar cosas, pero aun así imposible de usar durante la batalla.
La Inquisidora era una mujer de cabello canoso que aparentaba tener unos treinta años. Por supuesto, las apariencias de los Magos poderosos y guerreros eran engañosas. Probablemente tenía cerca de cien años.
Shang le mostró el emblema que había recibido del Duque Torbellino, y ella asintió. Luego, echó un vistazo al hombre en el suelo y al Adepto del Hielo que esperaba junto a Shang.
—Ella es la Limpiadora que se rindió —dijo Shang, señalando al Adepto del Hielo.
—Él es el presunto traidor del lado del Duque Mithril.
La Inquisidora miró al Adepto del Hielo. —Acércate —ordenó.