Un hombre mayor vestido con túnicas blancas estaba sentado detrás de una mesa con varios libros y hojas de papel. La habitación parecía como el estudio típico que un Mago Verdadero tendría, lleno de libros y abundantes curiosidades arcanas.
En este momento, el hombre mayor estaba esperando a su cliente.
Este iba a ser uno grande. Ayer, el Mago había sido contactado por un Mago Verdadero Pico con una oferta.
Alguien necesitaba su experiencia, pero a cambio, tendría que firmar un contrato de confidencialidad y someterse a otra Lectura Mental.
Algo así era una locura, pero el Mago Verdadero Pico le aseguró que el pago que recibiría sería suficiente hasta que el Mago muriera o alcanzara el Reino del Alto Mago.
La recompensa era demasiado atrayente. Así que, el Mago aceptó.
Y, ahora mismo, estaba a punto de conocer a este cliente misterioso.
Pasaron un par de minutos.
Finalmente, alguien llamó a su puerta.
—Adelante —dijo el Mago con calma en su voz.