Shang solo seguía balanceando su espada.
No estaba seguro de cuánto tiempo había estado balanceando su espada, pero sabía que había sido mucho tiempo, juzgando por cuántos recursos había consumido.
A medida que pasaba más y más tiempo, la mente de Shang parecía desvanecerse.
Ya no pensaba más en Jerald.
Ya no pensaba más en el Reino.
No había nada.
Solo Shang y Espada existían.
Shang realmente se había transformado en una máquina que solo realizaba una tarea una y otra vez.
El tiempo dejó de importar.
El mundo dejó de importar.
Durante su largo y aislado entrenamiento en la Etapa Comandante Pico, Shang aún era contactado por Jerald una y otra vez con noticias. Jerald siempre lo mantenía al tanto de los desarrollos del Reino.
Pero ahora, nadie estaba contactando a Shang, y él estaba agradecido por eso.
Cuantas menos distracciones hubiera, mejor.
Solo su poder era importante.
Todo lo demás era sin importancia.