Examen de Aventurero

La mañana siguiente, Leo se despertó más temprano de lo habitual para desayunar antes de dirigirse a su salón de clases.

—¡Buenos días, Leo!

Sus compañeros de clase lo saludaron con sonrisas brillantes.

—Buenos días. —Leo devolvió sus saludos con una sonrisa propia.

—¿Soy solo yo o Leo se siente muy diferente últimamente? Ya no parece tan débil como cuando regresó por primera vez. —Sus compañeros murmuraban entre sí.

—Probablemente su recuperación va bien, así que ha recuperado algo de su fuerza.

—Leo, ¿cómo se siente tu cuerpo? —Uno de los estudiantes decidió preguntarle.

—Está en mucho mejor condición que hace tres semanas, eso es seguro. —Sonrió.

—Eso es genial de escuchar, especialmente porque tu pelea con Kayn es la próxima semana.

—¿Crees que puedes derrotar a Kayn en tu estado actual? —otro estudiante preguntó.

Leo reflexionó por un momento antes de hablar:

—No lo sabré hasta que lo enfrente, pero debería estar bien.