¡Órbita Hermana, ayúdame!

Rean apartó la mirada de ella, tratando de mantener sus ojos lo más lejos posible mientras decía.

"Cof, cof. Anciana Tiria, no creo que esto sea apropiado. Soy solo un niño inocente sin experiencia en la vida. No querrías realmente corromper mi mente pura, ¿verdad? Este tipo de cosas deberían estar reservadas para tu ser amado, no para un niño."

Rean notó que no hubo respuesta, así que miró de nuevo justo a tiempo para verla terminar de quitarse el lado derecho de su túnica. Lo que apareció ante él fue un pecho perfectamente formado. La Anciana Tiria no era tan grande en ese aspecto, pero tampoco era pequeña. La piel blanca suave con un hermoso territorio 'bebes' redondo y rosado. Al ver eso, Rean no pudo evitar tragar su saliva.