En este punto, los discípulos a su alrededor ya se habían fijado en él. Vieron qué libros sacó, por lo que era evidente que Roan era un nuevo aprendiz de alquimista. No había duda de que estaba memorizando las hierbas para obtener el derecho a tomar el examen de alquimista. Aun así, se negaban a creer que memorizara todas esas hierbas en solo cinco horas. No pasaba más de un minuto y, a veces, solo unos segundos en cada página. Era simplemente demasiado rápido.
—Oye, chico. Sé que quieres convertirte en alquimista, pero deberías prestar más atención a las hierbas. No tiene sentido simplemente mirarlas si no sabes qué hacen después.
Roan miró al chico que habló y luego volvió su atención al libro. Sí, simplemente lo ignoró.