Gerhart miró la carta en sus manos dirigida por Berengar con incredulidad; no podía creer que el joven Vizconde fuera tan audaz como para amenazar abiertamente con invadir el Condado de Estiria debido a la decisión de rescindir el compromiso de Adela. La justificación para hacerlo sería lo suficientemente sólida como para evitar que alguien acudiera en ayuda de Gerhart, especialmente en este tiempo de agitación donde nadie podría disponer de fuerzas para ayudarlo a mantener su regencia.
Sin embargo, esta no era la noticia más abismal que había recibido; también había una carta de su padre que declaraba abiertamente como inválida la decisión de Gerhart de romper el compromiso y exigía que Gerhart renunciara a su regencia en favor de su hermano menor Heimerich. Al indulgir en sus deseos de mantener a Adela lejos de su despreciable primo, se había costado el favor de su padre, quien ahora cuestionaba profundamente la capacidad de su hijo mayor como gobernante.