Mientras Berengar y sus ejércitos estaban en guerra en el Tirol del Sur, el Conde Lothar estaba rodeado por sus enemigos. En ese momento, Lothar y sus ejércitos estaban atrapados entre las fuerzas del Conde Otto que asediaban la ciudad y la guarnición del Castillo, que valientemente continuaba defendiendo las murallas del Castillo contra el ataque de Lothar.
Peor aún, justo antes de quedar atrapado dentro de los confines de la ciudad, se le informó que su ejército enviado a Kufstein había sido completamente aniquilado. Aunque no sabía hasta qué punto Berengar había sofocado su rebelión dentro de su territorio natal, pues de haberlo sabido, verdaderamente perdería toda esperanza de sobrevivir.