Mientras la Ley del Bandido se llevaba a cabo en los condados del sur de Austria, Berengar comenzó a moverse contra los Condes rebeldes y sus viles vasallos. En ese momento, Liutbert estaba sentado en el asiento de su poder en Innsbruck, leyendo una carta. La carta estaba dirigida a él por su astuta hermana menor, quien casualmente era la amante del Conde Berengar.
El contenido de las cartas era un vil complot ideado para eliminar a los posibles enemigos de Berengar mientras se aseguraba la legitimidad necesaria para ascender a la posición de Duque. Liutbert ocupaba una posición única en la jerarquía feudal de Austria; con la línea principal de los Habsburgo destruida, era el heredero masculino vivo más cercano al título de Duque. Como tal, representaba un obstáculo único en el ascenso al poder de Berengar.