Mientras Berengar estaba ausente en la guerra, un hombre estaba en Kufstein trabajando excepcionalmente duro para cubrir la ausencia del Rey; este hombre era el Canciller Otto von Graz. Después del desastre con Liutbert, Berengar había seleccionado a alguien más para ocupar el cargo de Canciller.
Sin embargo, este hombre había fallado rotundamente en cumplir con la tarea. Así que cuando Berengar ascendió a su tío y futuro suegro a marqués, también le otorgó el puesto de Canciller, lo cual en el reino de Berengar era equivalente al de vicepresidente.
Otto había estado trabajando en su hogar en Graz durante su mandato como Canciller hasta ahora; después de todo, no había mucho trabajo que necesitara hacerse en tal posición. Ahora que Berengar estaba en la guerra, era tarea del Canciller gobernar en su lugar.