Enviando a Granada

Había llegado el momento. En unos pocos días llegaría el día en que Berengar había prometido proporcionar apoyo militar a su aliado en la Península Ibérica. Después de meses de preparación, la Primera División estaba lista para partir hacia Granada, donde lucharían contra los Ejércitos Católicos hasta que las fronteras de Granada estuvieran seguras.

Berengar no planeaba convertir Iberia en su Afganistán, donde mantendría una presencia hasta que Al-Ándalus hubiese sido reconquistado. En cambio, tenía la intención de sacar a su aliado de su situación actual y ayudarlo a reconstruir un ejército grande y poderoso para que fueran capaces de continuar el resto de la Reconquista por sí mismos.