Matanza Sin Sentido

En la oscuridad de la noche, la Caballería de la Primera y Segunda División del ejército austríaco salió a través de la tierra de nadie hacia la refriega mientras las fuerzas ibéricas y sus voluntarios extranjeros huían del campo de batalla tras presenciar la supuesta caída de ángeles desde los cielos.

En realidad, esta vista caótica no era más que bengalas austríacas iluminando las posiciones ibéricas y fuego de artillería cayendo sobre ellas. Sin embargo, los supersticiosos pueblos medievales de Iberia no tenían forma de conocer tales avances militares en manos de sus enemigos.

A pesar de esto, los católicos ibéricos estaban tan asustados por el horror que presenciaron que abandonaron sus campamentos y suministros mientras huían por sus vidas, volteando sus espaldas a la alianza Austro-Granadina.