Primer Contacto Parte II

La fría brisa de la primavera temprana se extendía por todo el fresco aire de América del Norte. Berengar se encontraba en una torre de vigilancia que había sido establecida dentro de su fortaleza fronteriza, respirando con una amplia sonrisa en su rostro. Esta tierra abundante aún no había sido corrompida por la mancha de la industria ni por los cambios provocados por la agricultura avanzada.

Aunque estas cosas eran necesarias para el avance de la sociedad, había algo hermoso en la naturaleza primitiva del paisaje norteamericano. Mientras miraba su entorno con asombro, notó la aproximación de un grupo de nativos. Cuando el joven rey presenció esta vista, una sonrisa apareció en su cara principesca. Las tribus locales finalmente se mostraron ante él y su anfitrión.