Un Poco de Deporte

Berengar se había despertado muy temprano para su rutina de ejercicios matutinos, después de una mañana de correr y levantar pesas, inmediatamente comenzó su entrenamiento con la espada. Habían pasado más de cinco años desde que empuñó por primera vez una espada, y aunque rara vez se encontraba frente a la espada de un oponente en el campo de batalla estos días, todavía se comprometía a entrenar con las armas.

Sin embargo, en los últimos años, había introducido un nuevo ejercicio en su rutina diaria, y estaba en el medio de eso en ese momento. Vestido con poco más que un par de boxers, Berengar miró a su oponente con un buen ojo. Los dos hombres semidesnudos estaban a varios pies de distancia, lo cual Berengar usó a su ventaja al cerrar la distancia y bajar a una rodilla.