Identificando al enemigo interno

Un informe estaba en el escritorio de Linde mientras se frotaba sus cansados ojos y bebía su sexto café de la mañana. Su apariencia habitual, animada y atractiva, estaba empañada después de tres días de arduo trabajo investigando el intento de asesinato contra la vida de su esposo. Se negó a enfrentar a su esposo hasta después de haber identificado a todos los conspiradores, pues la veterana maestra espía sabía que el rey desahogaría su ira sobre ella, y no de la forma divertida que había llegado a amar.

Después de tomar un sorbo de su taza de café, Linde miró el informe detallado, que, basado en la información recibida al interrogar al asesino, quien actualmente se encontraba en un sitio clandestino del gobierno. Mientras el Gobierno Austriaco se alababa a sí mismo por su sistema de justicia avanzado, la realidad era que había ciertos criminales considerados demasiado peligrosos para un juicio, y por lo tanto eventualmente se encontrarían desaparecidos.