—La hambre que surgía en lo profundo de mí fue rápidamente reprimida —mientras me sentaba cerca de mi pequeña hermana.
—Mi querida pequeña Adelaida, ¿cuánto tiempo más crees que podrás escapar de mi alcance? —No pude evitar que mi rostro cambiara cuando recordé la encantadora lucha que ofreciste por el control del Paraíso Congelado.
—¿Pensaste que tenías el control sobre nuestro hermanito y podrías aliarlo contigo contra mí? Ja, ingenua, ingenua, ingenua.
—La excitación que sentí al mirar esa cara que normalmente estaba fría ser llenada de ira ese día... ¡me mantuvo despierto por la noche!
—Sí. Esa cara. Quiero volver a ver esa misma maldita cara —emociones furiosas estallaron y ocuparon mi mente. Mi cariño por esta perra fue rápidamente reemplazado por odio. Ella era la única que se me enfrentaba —. ¿Acaso no sabía las cosas que estaba haciendo para mantener seguros a los habitantes de este reino?