Rey Roark Belmont.
La poderosa figura que llevó al Reino Helado hacia la prosperidad. O eso pensaban muchos. Roark observaba las tierras debajo de él mientras se encontraba en el castillo más alto del pico Corona del Rey. Pensaba en el recuerdo de su querida esposa mientras sus envejecidos ojos se movían con anhelo.
—Annalise... ¿sabes cuánto deseo estar contigo en este momento? Están ocurriendo tantas cosas, y no sé cómo superarlas. ¿Dónde está tu sabiduría cuando más la necesito?
Se podía oír un suspiro mientras el poderoso hombre barbudo se estiraba. Estaba envejeciendo, pero aún tenía el mismo poder de rango LEGENDARIO.
Lo que más estrés le causaba era supervisar cada uno de los departamentos para asegurarse de que todo siguiera funcionando bien en el reino. Pero los recursos seguían disminuyendo con cada día que pasaba mientras la guerra continuaba.