Viajando a las Profundidades

—¡AARRGH!

—Gritos dolorosos resonaban en una ubicación desconocida bajo el mar. Había oscuridad por todas partes, excepto por destellos de luz verde que parecían extenderse por cientos de miles de millas.

—El que gritaba dolorosamente era un robusto Atlante, que tenía múltiples lanzas de hueso clavadas en el lecho marino. Estaba estirado como una estrella de mar mientras algunas lanzas de hueso perforaban sus palmas y otras pasaban por sus tobillos.

—Una armadura dorada yacía cuidadosamente al lado del Atlante. Este era un Atlante con Armadura Dorada, lo que significa que era un ser de rango MÍTICO. Sin embargo, los gritos continuaban resonando mientras una figura pequeña se movía a su lado.

—He cortado cualquier capacidad que tienes para moverte, dejando atrás solo la sensación de dolor.

—Sus palabras sonaban calmadas como si hablara de algo muy casual.

—El dolor... es en realidad algo muy interesante que nos permite llegar al núcleo de la verdad.