—Haremos nuestros movimientos también. ¿Por qué no comenzamos con un poco de ayuda de tu parte? —dijo Noah mientras el delantal que tenía puesto desaparecía y un Traje de Batalla Dorado cubría su cuerpo una vez más, buscando la respuesta de Barbatos.
Ella lo miró entre bocados y dijo:
—¿Qué quieres, pececillo?
—Tienes cientos de miles de no muertos moviéndose a través de las profundidades, quiero que te muevas en serio por un momento y los uses para buscar y capturar al menos dos criaturas míticas —explicó Noah mientras se preparaba para moverse alrededor de la Tierra Espiritual para el maduramiento del [Persimón Hielo-fuego], y planeaba hacer que Barbatos saliera a recolectar aún más núcleos para que él los usara.
—¿Hmm? ¿Y qué gano yo con eso? —La Emperatriz Demonio lo miró hacia abajo impasiblemente mientras se lamía los dedos limpios.
Noah, haciéndolo frotar sus sienes mientras la miraba, respondió: