—Caos. Pandemonio —dijo alguien.
La tierra y los mares temblaban mientras un mundo entero era puesto en confinamiento y destructivos rayos de luz retumbaban. Los habitantes del mundo no sabían qué estaba sucediendo, todo lo que sentían era un temor que ninguno de ellos podía describir completamente.
Los Cultivadores invasores y los Gobernantes restantes del Mundo Demoníaco se encontraban en la misma situación mientras miraban a su alrededor presas del pánico, dándose cuenta de que no podían formar ningún canal de transferencia de vuelta a su mundo y no podían usar ninguna habilidad basada en el espacio.
Los Demonios estaban en una situación aún más desastrosa ya que tres de sus Gobernantes habían enfrentado la Muerte Verdadera. Lo peor de todo, uno de ellos era el Gobernante más poderoso del Mundo Demoníaco.
—¡La figura de opresión y fuerza que admiraban había caído! —exclamó alguien.