Energías salvajes surgían en la formación activada por el Tío Marcial de la Secta del Tiempo Inmemorial mientras las cadenas de presión que sostenían a un individuo en particular se rompían.
Tío Marcial Dan mantenía una cara impasible ante esta demostración de fuerza, ya que conocía muy bien el poder de su Formación Giratoria Terrenal. Esta aura de alguien en el pico del Reino Trascendente no sería algo que le preocuparía. Su cuerpo estalló con luz púrpura mientras llamaba.
—Una oscuridad brillante que nunca envejece. ¡Levántate y parte la tierra, Renacimiento Terrenal!
Su mirada se dirigió hacia la posición del Otromundista mientras las energías de la formación provocaron un gran cambio, brillantes espadas de bronce brillando desde abajo al brotar en cientos de armas que apuntaban sus puntas hacia la recién aparecida criatura bestial.
—¡RUGIDO!