Un equipo mortal

En la atmósfera infernal del Primer Reino del Infierno, dos figuras se habían agrupado mientras se movían contra una horda de Infernales con facilidad en sus rostros. Eran seres poderosos en la cúspide del Rango de Santo, sus identidades siendo aún más especiales ya que ocupaban un puesto como discípulos de los Celestiales.

Había poderosas lanzas doradas giratorias que desprendían un aura santa alrededor de uno de ellos, cada una de estas lanzas siendo de más de cinco metros de largo mientras avanzaban para aplastar las cabezas de todos los Infernales que se acercaban.

El otro Discípulo Celestial estaba controlando cadenas sagradas que buscaban sus propios enemigos, envolviéndolos firmemente antes de que la vida fuera exprimida de sus cuerpos.

Cada vez que estos Discípulos Celestiales mataban a los infernales, una luz roja era liberada de sus cuerpos muertos mientras entraba en los cuerpos de los discípulos, fortaleciendo sus fuerzas poco a poco.