El silencio reinaba en la zona del monasterio donde se encontraban Noah, Atenea y el Gran Maestro mientras los dos observaban atentamente a Noah. Las palabras del Gran Maestro se repetían en su mente mientras llegaban aún más.
—Me doy cuenta de que el concepto de la destrucción de un mundo es muy ajeno para ti, aún más cuando tienes que actuar para causarlo personalmente, pero el hecho de que hacer esto salvaría el mundo del que provienes debería actuar como un amortiguador y hacer que salgas de esto con aún más experiencia —mencionó el Gran Maestro.
El Gran Maestro mantenía una expresión pasiva mientras mencionaba casualmente la destrucción de una estrella entera en el contexto del entrenamiento. La mente de Noah volvía al Mundo Perdido que había recibido un veredicto similar de destrucción hace meses, donde Atenea había sido la que inició la destrucción bajo la vigilancia de un Celestial.