Miedo

Otra inquietante calma se apoderó del campo de batalla mientras muchas criaturas podían verse desertándolo, mientras una única figura resplandeciente cruzaba suavemente las tierras y los cielos al blandir una dorada hoja de luz.

Llamas de furiosa ira brotaron de la Serpiente Alada Devoradora que estaba siendo acorralada por Atenea, su aura emergiendo burbujeante al encontrar que sus fuerzas estaban diezmadas y que aquellos que quedaban huían aterrorizados.

Su mirada se posó en la figura de Noah cuya túnica dorada ahora tenía un brillo sangriento, los ríos de sangre que brotaban de los cuerpos de las numerosas serpientes que acababa de cortar rodeándolo y disminuyendo el resplandor de su regia vestimenta.