¿¡Qué sabes tú del destino?!

En la región más interna de la Séptima Estrella Celestial bajo las montañas fantásticas llenas de una densa esencia y hierbas medicinales, yacía una horrenda jaula dorada que tenía numerosas lanzas atravesando a un único ser.

Esta jaula se encontraba en una zona de las capas más profundas de la Estrella Celestial, en una posición a la que muy pocos discípulos tenían acceso. Estaba colocada en el centro de esta amplia caverna subterránea que tenía follaje brillando con luces azules y moradas, siendo este tipo de plantas que nunca veían la luz del día. Normalmente era un área silenciosa ya que años pasarían antes de que cualquier ser la invadiera, pero había una figura revestida de dorado resplandeciente caminando hacia la jaula que contenía a un ser desfigurado atravesado por todos lados.

Este individuo mantenía un imponente chivo en su rostro, siendo el Gran Maestro Celestial encargado de muchas de las operaciones de esta Estrella Celestial: ¡era el Gran Maestro Ramiel!