¿¡Quieres ser mi botín con tantas ganas!?

Las figuras de los Reales Aileron brillaban con lustre mientras flotaban en los cielos, su imagen era extremadamente amenazante cuando se combinaban con sus alas místicas.

—Santa Princesa Anna, ven a recorrer el paisaje de este Reino Secreto con tu futuro esposo. Tenemos mucho que aprender el uno del otro.

La atención del Príncipe Kirigan permanecía en Anna como siempre, sus ojos brillaban con luz mientras la miraba como un tesoro preciado que tenía que tener. Sus palabras solo hicieron que la expresión de Anna se nublara mientras respondía de forma cortante.

—Lo diré otra vez, no tengo intención de estar cerca de ti. Ni ahora. Ni en el futuro.

¡VIBRACIÓN!