Qiuyue yacía en la cama con los ojos mirando al techo, su expresión luciendo aturdida. Desde que entró en esta habitación, su mente ha estado ocupada con el pensamiento de Su Yang besándola.
De noche a día, ella yacía allí con los ojos muy abiertos y sus dedos acariciando sus labios de vez en cuando, incluso riéndose sola como una niña, pensando solo en la sensación de los labios de Su Yang tocando los suyos.
Aunque por ahora no pueda realmente estar con Su Yang, solo el conocimiento de que él aceptara sus sentimientos era más que suficiente para convertirla en una niña durante sus momentos más felices.
—Dicho esto, ¡no puedo simplemente quedarme sentada hasta que esta maldición sea resuelta! ¡También tengo que hacer algo, aunque sea solo incrementar mi base de cultivación ligeramente! —pensó Qiuyue.
Qiuyue sentía que solo estaría aprovechando la situación si esperaba a que Su Yang hiciera todo el trabajo.