—¿Puedes apresurarte? No tengo todo el día para estar aquí parado. —Una voz vino desde atrás. De repente, hubo un silencio absoluto en todas partes.
—Ese tipo... debe tener un deseo de muerte. —La gente detrás de él habló en susurros mientras lo miraban con sorpresa.
El rostro del Príncipe Lu se crispó mientras se volvía para mirar a la persona que acababa de hablar.
—¡Ridículo! ¿Quién te crees que eres para hablar así delante de mí? —el Anciano rugió enojado. Su voz se escuchó a lo lejos.
—Lamento interrumpir su conversación, Anciano, pero como escuché, esto era un mostrador de registro, no un mostrador de alabanzas continuas. Hay cientos de personas detrás de mí en la fila. Si lo desea, puede alabarlo tanto como su corazón desee después de que termine el registro. —La persona respondió casualmente al regaño del Anciano. Tenía una máscara negra cubriendo su rostro.