—Jajaja... claro. Te creo. —Mingyu se rió al escuchar las últimas palabras de Long Chen, pero Long Chen entendió claramente por su reacción que ella claramente no le creía. Tampoco se molestó en explicarlo.
Poco después, el Clan Long desapareció de la vista de Long Chen. Se dio la vuelta, caminó hacia la silla y se sentó. Mingyu se sentó en la silla junto a él.
—¿Puedo preguntarte algo? No es nada importante, solo una pregunta al azar —dijo Mingyu después de un rato mientras miraba el rostro de Long Chen.
—Claro. Mientras no me preguntes cuán larga es mi espada, puedo responder cualquier cosa —Long Chen se rió mientras bromeaba. Sabía que Mingyu no lo entendería.
—¿Por qué iba a preguntar el tamaño de tu espada? Ya he visto tu espada —dijo Mingyu con una expresión confundida, pero Long Chen no respondió.
—No te preocupes por eso. Entonces, ¿cuál era tu pregunta? —preguntó Long Chen mientras la miraba.