—¿Qué chico? ¿No estás sorprendido? Fuiste engañado tan fácilmente. ¡Aquí no hay hierbas! En cambio, tú serás la hierba. La hierba para la cultivación del maestro. —Wuji Lu comenzó a reírse como un maniático mientras miraba a Long Chen, pero no pasó mucho tiempo antes de que su risa se convirtiera en un ceño fruncido al notar que Long Chen simplemente estaba allí de pie, calmadamente.
Long Chen no parecía tener miedo en lo más mínimo. No hubo cambio en su expresión. De hecho, parecía que estaba sonriendo.
—¿Estás tratando de decirme que hay un mortal que puede usar sentido divino? Realmente has perdido tu toque, Pequeño Lu, ¿no? Está bastante claro que este chico no es tan simple. Siento que te ha utilizado para llegar a mí —la mujer respondió con un tono divertido. Aún no se daba la vuelta.
—¿Qué? —Wuji Lu estaba sorprendido mientras miraba al chico. Su boca se abrió de par en par al ver una sonrisa en el rostro de Long Chen.