Long Chen presentó una lista de ingredientes y se la entregó al discípulo al otro lado de la mesa.
El hombre revisó la lista. Cuanto más leía, más sorprendido se volvía.
—¿Para qué necesitas todo esto? —preguntó sorprendido.
—No creo que necesites saberlo. Solo dime cuánto van a costar —respondió Long Chen.
—Te costará mil puntos de contribución. ¿Tienes siquiera tantos? —el hombre preguntó a Long Chen.
—Oh, está bien entonces. Dame las hierbas. Estoy de prisa —Long Chen respondió apresuradamente.
—Está bien —el hombre se levantó y fue a la parte de atrás. Regresó al instante pero sin la lista.
Unos minutos después, llegó otra persona. Esa persona llevaba una bolsa en la mano que estaba llena de las hierbas medicinales y plantas espirituales que Long Chen necesitaba.
Le dio esa bolsa a Long Chen y se marchó.
Long Chen transfirió mil puntos de contribución desde su insignia.
Justo cuando Long Chen estaba a punto de irse, el hombre preguntó: