—¿Alguna vez has conocido a mi hijo? —le preguntó Sima Ziyi. Aunque estaba enfadada, no lo mostró.
—Perdónala, cuñada. Esta chica no sabe lo que está diciendo —se disculpó Yu Tianhao con aspecto avergonzado. Había venido para disculparse por una cosa, pero las cosas solo empeoraban ahora.
—No estoy enfadada con ella. Solo quiero escuchar sus respuestas —dijo Sima Ziyi—. Dime, Ling. ¿Alguna vez has conocido a mi hijo?
—No, no he conocido a tu hijo —respondió Ling a Sima Ziyi.
—Entonces, ¿por qué acusas el carácter de mi hijo de esa manera? Hasta donde sé, ni siquiera ha hablado con una chica de este reino, mucho menos tener relaciones con ellas —dijo Sima Ziyi.
—Deberías preguntar afuera. Todos en el reino saben sobre la reputación de tu hijo. Antes de los 12 años, ya había dormido con la mayoría de las chicas de este reino —dijo Ling con confianza.