Ruik realmente no le dio mucha importancia.
—Veo... Ahora que lo pienso, tampoco sé tu nombre.
La Supervisora sintió ganas de darle una paliza a Ruik, pero se contuvo.
—De todos modos, ven conmigo. Necesito hablar contigo.
Ruik no tenía nada más que hacer en ese momento, así que siguió a la Supervisora hasta su oficina.
—En primer lugar, mi nombre es Tarsa Fila, la supervisora de esta sucursal del Salón de Misiones.
Ruik también se presentó.
—Soy Ruik, pero eso ya lo sabes.
Tarsa asintió y fue directo al grano.
—La cuestión es que, para alguien de tu cultivo, las misiones que has estado realizando son de un nivel mucho más alto. Aún así, no tienes problema en completarlas. Para ti y el Salón de Misiones, esto obviamente es bueno, pero hay un problema. Tú eres un Demonio Escurridizo de Dos Cabezas, ¿verdad?
Ruik asintió.
Tarsa entonces continuó.