Es hora

Feifei pronto terminó de absorber toda la Energía Espiritual que necesitaba y respiró hondo.

«Hambrienta como siempre».

Se puso de pie y luego reinició la práctica con la Espada Voladora. Al final, asintió, satisfecha.

«Eso es más o menos todo. Espero que puedan hacerme otras ocho como esta».

Esta vez, Krune no pudo contener su curiosidad.

«¿Por qué nueve espadas?»

Feifei sonrió después de escuchar esa pregunta.

«Mi Clan cree que el nueve es un número auspicioso. Así que muchas cosas allí usan múltiplos de nueve. Crecí en este ambiente, así que también me gusta pensar que el nueve me dará suerte. Si hubiera pedido más espadas, hubiera ido directo a dieciocho».

A Krune no le importaban esas cosas, pero si Feifei está bien con eso, pues que así sea.