—¿Puedes diseñar una ciudad? ¿Puedes diseñar el mecanismo de defensa de una ciudad? —Ye Mo estaba encantado, miró al hombre con ojos desesperados.
El hombre dijo con desdén:
—No soy el mejor en diseñar armas. Soy mejor diseñando ciudades y algunas otras cosas. No me gusta diseñar máquinas de guerra, y hacerlas no me sale de forma natural. Es como si ya tuviera las ideas en mi cerebro.
Ye Mo decidió llevar a esa persona a Luo Yue. Sintió que era la persona más adecuada para desarrollar la nueva ciudad de Luo Yue.
—Te estoy pidiendo sinceramente que te unas a la Ciudad Luo Yue, también tendrás una parte de la ciudad. Esta ciudad pertenece a todos, y sé que eres muy capaz, así que espero que aceptes. Estoy seguro de que solo podrás vivir la vida que quieres en la Ciudad Luo Yue —dijo Ye Mo suplicante.