Primer y Segundo al Mando

—Encantadas de conocerlas, Sra. Hao, Sra. Lu —Gu Qing y Gu Man las recibieron inmediatamente, pero no las saludaron solo por su procedencia.

—Lin Lijuan, en cambio, se quedó atónita al escuchar que Gu Qing y Gu Man eran las jefas. ¡Cómo es posible! —Lin Lijuan no podía creer lo que escuchaba.

—Sin embargo, como la Sra. Hao y la Sra. Lu, ambas de familias superricas, estaban aquí —Lin Lijuan las saludó y halagó enseguida—. ¡Oh, Sra. Hao y Sra. Lu! ¡Qué honor volver a verlas! ¡Ambas son tan hermosas y parece que no envejecen en absoluto!

—¿No es usted la Sra. Gu? ¿Por qué juzga a los demás en público? —preguntó la Sra. Hao con sarcasmo.

—La Sra. Hao no era nada arrogante, y le gustaba defender a sus amigas. De hecho, la Sra. Hao y la Sra. Lu habían ido al Salón de Belleza Kamei dos veces después de que Gu Qing y Gu Man se convirtieron en sus jefas. Tenían muchos intereses en común y pronto se hicieron buenas amigas.